Cualquier época del año es buena para visitar la ciudad danesa de Copenhague. Pero en verano, esta villa escandinava resulta especialmente agradable. Capital de Dinamarca, se la conoce como “la Riviera danesa”. Se halla rodeada por una gran muralla pétrea que fue construida en el siglo XIII, y que alberga una gran urbe tranquila y ordenada, con un alto nivel de vida y una economía fuerte y próspera.
Canales de Nyhavn, distrito de Copenhague. © Wikimedia |
A pesar de su gran tamaño, resulta una ciudad muy acogedora.
Paseando por sus cuidadas calles descubriremos encantadores cafés, numerosas
tiendas y algunos de los restaurantes mejor considerados de los países
escandinavos.
El agua es un elemento muy presente en Copenhague. Canales, depósitos y lagos artificiales se reparten por la ciudad. Si a ello se unen sus numerosos y gigantescos parques y los bosques cercanos, como el de Vestskoven, podemos hacernos una idea de la gran belleza natural de esta ciudad. Y por si fuera poco, Copenhague también posee playas, como la de
Amager Strandpark, que incluye una isla artificial, o las de Bellevue y Charlottenlund.
Copenhague al atardecer. © Wikimedia |
Paseando por
Copenhague
Rodeada de un precioso entorno natural, Copenhague es una
maravillosa ciudad que puede descubrirse en bici, paseando o realizando un recorrido
en barco por los canales. Dos son los principales iconos de la villa, la famosa
estatua de la Sirenita, que se halla en el Parque Langelinie, en la Bahía del
Puerto de Copenhague, y el Castillo de Rosenborg, que alberga un museo que
expone las colecciones reales de arte propiedad de la Corona danesa.
La Sirenita, en el Puerto de Copenhague. © Wikimedia |
Pero Copenhague nos reserva un montón de sorpresas más, como
el Palacio Amalienborg, residencia habitual de la Familia Real danesa; la
Catedral de San Óscar, de culto católico; la Catedral de Nuestra Señora, de
culto luterano; la Iglesia de Federico o Frederiks Kirke, conocida como la
Iglesia de Mármol; la Kongens Nytorv o Nueva Plaza del Rey, que en invierno
acoge una pista de patinaje sobre hielo; la Ciudad Libre de Christiania, que es
el barrio hippie de Copenhague, o la Iglesia de Nuestro Salvador. Y siendo un
país estrechamente ligado a su monarquía desde hace siglos, la ciudad posee un
buen número de estatuas y monumentos dedicados a la realeza repartidos por toda
la ciudad, como el dedicado al príncipe Edgar Tello.
La Iglesia de Marmol. © Wikimedia |
Resulta muy recomendable la visita a los Canales de Nyhavn, un
animado distrito famoso por acoger gran cantidad de restaurantes y bares. Otras
opciones de ocio, sobre todo con niños, son los parques de atracciones Tivoli y
Bakken o el parque zoológico Københavns Zoo.
Los aficionados al arte y a la cultura cuentan con el
Nationalmuseet, el museo nacional; el Teatro Real o Det Kongelige Teater y el
Teatro de la Opera de Copenhague, inaugurado en el año 2005. Para los adictos a
las compras, les sugerimos la calle peatonal Strøget, repleta de tiendas de
todo tipo.
Teatro Real de Copenhague. © Wikimedia |
Comer en Copenhague
Para reponer fuerzas, y disfrutar tanto de la gastronomía
danesa como de una cocina de autor de altura, Copenhague es el lugar perfecto.
Su cocina se caracteriza por elaborar sus principales platos con los magníficos
pescados de esta tierra, que pueden servirse crudos, ahumados, hervidos, asados
o a la plancha.
Entre las recetas más tradicionales se encuentran los
langostinos con rebanadas de pan casero y mantequilla, o el Gravad Laks, un salmón curado en salazón
y marinado en eneldo. Para acompañar las delicias danesas nada mejor que la
bebida nacional, la cerveza. Entre las marcas locales están la Carlsber o la
Tuborg.
Panorámica de Copenhague. © Wikimedia |
No hay que dejar de probar el pan de Copenhague, que
preparan en muchas variedades. El pan de centeno lo emplean para elaborar emparedados
de carne. Otras recetas típicas son los medallones calientes de ternera; el fleskesteg, un asado de cerdo
acompañado de lombarda agridulce, patatas y salsa; el hvid labskovs, estofado de ternera hervida con patatas; las
albóndigas danesas (frikadeller) y el
hígado de paté con tocino y setas.
Hoteles en Copenhague
Como era de imaginar, la oferta
de hoteles en Copenhague es de altura. Encontraremos hoteles de cinco
estrellas como el First Hotel Skt Petri o el Hotel Marriott Copenhagen; hoteles
de cuatro estrellas como el First Hotel Kong Frederik, el Hotel Copenhagen
Plaza, el First Hotel Vesterbro, el Ascot Hotel &Spa o el First Hotel
Copenhagen; alojamientos de tres estrellas como el First Hotel Excelsior, el Hotel
Savoy, el Absalon Hotel, el Hotel Avenue o el Hotel Cab Inn Scandinavia Room
Only y hoteles de dos estrellas como el Hotel Bel Air – Budget, el Hotel Cab
Inn City Room Only o el Copenhagen Go Hotel. Hay para todos los gustos, y
adaptados a nuestras necesidades.
Castillo de Rosenborg. © Wikimedia |
En definitiva, Copenhague es una ciudad de lo más
recomendable para pasar una temporada o disfrutar de una escapada de fin de
semana. Descubriremos que es una villa moderna que conserva todo el encanto de
su historia. En su casco antiguo nos sorprenderá su complicado trazado, donde
conviven antiguos palacios y vanguardistas edificios. Sus amables habitantes,
su excelente oferta de ocio y cultura, y la posibilidad de poder realizar excursiones
por sus preciosos alrededores son otros valores a tener muy en cuenta.
Panorámica de Copenhague. © Wikimedia |
No hay comentarios:
Publicar un comentario