lunes, 13 de junio de 2011

Islas Vírgenes de los Estados Unidos, un viaje al edén

Las Islas Vírgenes de Estados Unidos son un precioso archipiélago situado en las Antillas que se ha convertido en el edén de los millonarios americanos.Tú también puedes disfrutarlo



Playa en la isla de St JohnCréditos / Autoría: World Imaging

Descubiertas por Cristóbal Colón en 1493, que inicialmente las denominó Las Once Mil Vírgenes, las Islas Vírgenes constituyen un archipiélago caribeño inacabable, ya que en él se integran hasta 68 islas.

Situadas a 80 kilómetros de Puerto Rico, la mayor parte pertenece a la Corona Británica, aunque sólo quince de ellas están habitadas. El resto forma parte de las denominadas Islas Vírgenes de Estados Unidos.

Este territorio estadounidense está formado por cuatro islas principales, Saint Thomas (Santo Tomás), Saint John (San Juan), Saint Croix (Santa Cruz) y Water Island, así como una docena de pequeñas islas.

Un poco de historia


Tras el descubrimiento de las islas por parte de Cristóbal Colón, durante los trescientos años posteriores su gobierno fue gestionado por diversos colonizadores europeos: España, Reino Unido, Países Bajos, Francia, la Orden de Malta y Dinamarca.

En 1754 pasaron a ser una colonia de la corona danesa llamada Jomfruøerne, y durante los siglos XVIII y XIX el cultivo de caña de azúcar por parte de esclavos fue la principal fuente de economía. Finalmente, el 3 de julio de 1848 la esclavitud fue abolida por el gobernador Peter von Scholten.

Durante la Primera Guerra Mundial, Estados Unidos, temiendo que Alemania utilizara las Islas Vírgenes como base naval, presionó a Dinamarca para que le vendiera este territorio. Los daneses aceptaron la oferta y el 17 de enero de 1917 el territorio de las Indias Occidentales Danesas pasó a ser estadounidense por 25 millones de dólares. En 1927 Estados Unidos concedió la ciudadanía a todos los habitantes de las islas.

La vida en torno al agua


La mayor parte de la actividad turística se concentra en tres islas: Santo Tomás, Santa Cruz y San Juan, donde el idioma oficial es el inglés.

A pesar de ser territorio caribeño, en las Islas Vírgenes de Estados Unidos es necesario “cambiar el chip”. Sus habitantes no poseen el carácter extrovertido y cálido propio del Caribe hispano, ya que las sucesivas y eclécticas colonizaciones han borrado cualquier huella de su cultura original.

Pero, aún así, las islas no carecen de encanto, todo lo contrario. El viajero que llegué a este destino descubrirá el lugar perfecto para unas vacaciones dedicadas a los deportes de agua, al submarinismo y al entretenimiento general.

Las aguas de sus playas son extraordinariamente transparentes, sus arenas increíblemente finas y la vegetación realmente exuberante. Cualquiera puede dar comer a las iguanas que intentan reposar en las ramas de los árboles entre la algarabía que montan los numerosos y vistosos loros.

Obligatoria es la visita al Parque Nacional Submarino de Buck Island Reef, en Santa Cruz. Pero también es muy recomendable dar un pausado paseo por la capital, Charlotte Amalie, situada en la isla de Santo Tomás y lugar donde se refugió el pirata Barbanegra. Sus pintorescas callecitas que suben y bajan, llenas de palmeras y de casas y comercios construidos al estilo danés, con tejados rojos, dejan al viajero fascinado.

No apto para cualquier bolsillo


Las Islas Vírgenes de Estados Unidos constituyen un paraíso sólo al alcance de las economías más saneadas. Los hoteles son la mayoría de lujo, alquilar una lancha resulta carísimo y los restaurantes llenarán nuestro estómago pero vaciarán nuestros bolsillos.

Pero la situación económica mundial está facilitando que hoy en día se puedan encontrar algunas ofertas para pasar una temporada en este tradicionalmente caro paraíso. Por ejemplo, la web Hoteles.com ofrece diversos alojamientos en Christiansted (Santa Cruz) desde 160 euros la noche.

La moneda es el dólar estadounidense, y es necesario viajar primero al continente americano (principalmente Puerto Rico), ya que desde España no hay vuelos directos a las islas.

Si la crisis no te ha afectado, y tu VISA te lo permite, las Islas Vírgenes de Estados Unidos son, sin duda, tu destino en el Caribe para este verano.



martes, 7 de junio de 2011

Turismo experimental, una nueva forma de viajar

Esta nueva tendencia de turismo consiste en viajar dejándose llevar, sin presión ni estereotipos, convirtiendo el viaje en un extravagante juego. ¡Anímate!

El turismo experimental surgió en el año 1990 de la mano del periodista Joël Henry, director del Laboratorio de Turismo Experimental (Latourex), y empezó a ponerse en práctica cuando la publicación Lonely Planet lanzó su Guide to Experimental Travel, la actual “biblia” de este tipo de turismo.

Desde entonces han comenzado a practicarse diferentes tipos de turismo experimental; algunos ya han sido bautizados con nombre propio, mientras que otros están todavía por afianzar. Las posibilidades son infinitas, ya que cada persona puede orientar su propio viaje de la forma experimental que desee. Por ejemplo, fotografiar las rotondas de aquellos lugares que visite.

Para disfrutar de este tipo de viajes hay que tener una mente muy abierta y ganas de embarcarse en una aventura muy diferente a las tradicionales. Para hacerse una idea, hay que estar preparado para dedicar uno o dos días a recorrer el aeropuerto de la ciudad visitada, o salir de viaje, sin nada de dinero, para recorrer un lugar del que no tenemos ninguna referencia.

Puede que para algunos resulte absurdo, pero es una forma de viajar alternativa que ya cuenta con bastantes adeptos, los cuales, a su vuelta, recomiendan insistentemente su experiencia.

Las modalidades más habituales

Además de la ya comentada de recorrer aeropuertos como si fueran museos o la de viajar sin dinero, existen otras tendencias de turismo experimental que ya se están haciendo habituales:

- Viaje alternativo. Consiste en salir de casa (hotel, pensión o cualquier tipo de residencia), tomar la primera calle a la derecha, la siguiente a la izquierda, luego a la derecha, a la izquierda otra vez y así sucesivamente hasta encontrar un obstáculo y que no se pueda avanzar más.
- Monopoly-Turismo. Adquirir la versión local del Monopoly del lugar que se está visitando e ir a los lugares del tablero según determinen los dados.
- EroTravel o EroTurismo. Viajar con alguien por separado a la misma ciudad e intentar encontrarse uno al otro. Abstenerse de utilizar el móvil a la primera duda.
- Contra-Viaje. Viajar con una cámara pero no para hacer fotos de los monumentos y lugares habituales sino que, puesto de espaldas a ellos, fotografiar lo que hay enfrente.
- Viaje-Persecución. Seguir a un amigo que salga de vacaciones y fotografiarle con un teleobjetivo. Cuando regrese, recibirle con un álbum de fotos de “su” viaje.

Otras formas de practicar turismo experimental

Por si las propuestas anteriores no resultan lo suficientemente interesantes y divertidas, existen otras muchas modalidades más de practicar el turismo experimental. Y no hay que olvidar que cada uno puede confeccionarse su viaje experimental. El único límite es nuestra propia imaginación. Éstas son sólo algunas sugerencias más.
- Viaje-Doble. Consiste en viajar a sitios cuyo nombre esté duplicado. Por ejemplo: Sing-Sing, Baden-Baden o Bora-Bora.
- Viaje a las Afueras. Contradiciendo la tendencia habitual de alojarse siempre en el centro de la ciudad que se visita, esta tendencia invita a hospedarse en las afueras. Es una forma diferente de conocer un lugar y sus alrededores.
- Insider Travel. Conocer la ciudad preguntando a sus propios habitantes. En lugar de utilizar una guía de viajes, consultar a los paisanos qué es lo mejor para ver de la ciudad y cómo llegar. Otra versión es conocer tu propia ciudad haciéndote pasar por un turista e ir preguntando. Siempre se descubre algún lugar que no conocías.
- Viaje Opus. Elegir un destino de un viaje basándote en el nombre de un cuadro, una película o un libro. Por ejemplo Las brujas de Salem, Una casa en la Provenza o Casablanca.
- Slight Hitch Travel. Coger una mochila o una maleta pequeña y acercarse a la autopista más cercana. Escribir en un cartón un destino muy lejano, como Honk Kong o Méjico, y viajar hasta donde nos lleven.

Nada de viajes organizados

Resulta difícil encontrar agencias que propongan este tipo de viajes, ya que en sí iría contra la filosofía del propio turismo experimental.

Pero, como siempre hay gente para todo, ahí va una propuesta. La web Tempoguste.com sugiere un viaje en el que se desconoce el destino y el programa, sólo se indica el precio (300 euros por persona). No hay catálogos ni folletos, sólo grandes sorpresas. En el precio se incluyen dos noches de alojamiento con desayuno y al menos una comida o cena. El resto es una incógnita a descubrir.

Volver a casa lentamente, viajar muchas veces al mismo lugar para ver cómo cambia o conocer las ciudades sólo por la noche. Hay cientos de modalidades de turismo experimental, y cada día las posibilidades aumentan.

La edición original de este artículo mío se encuentra en Suite101.net: http://www.suite101.net/content/practica-una-nueva-forma-de-viajar-el-turismo-experimental-a17194


Conocer las ciudades sólo por la noche.

Créditos / Autoría: afterburnersphere

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