Las Islas Vírgenes de Estados Unidos son un precioso archipiélago situado en las Antillas que se ha convertido en el edén de los millonarios americanos.Tú también puedes disfrutarlo
Playa en la isla de St JohnCréditos / Autoría: World Imaging |
Situadas a 80 kilómetros de Puerto Rico, la mayor parte pertenece a la Corona Británica, aunque sólo quince de ellas están habitadas. El resto forma parte de las denominadas Islas Vírgenes de Estados Unidos.
Este territorio estadounidense está formado por cuatro islas principales, Saint Thomas (Santo Tomás), Saint John (San Juan), Saint Croix (Santa Cruz) y Water Island, así como una docena de pequeñas islas.
Un poco de historia
Tras el descubrimiento de las islas por parte de Cristóbal Colón, durante los trescientos años posteriores su gobierno fue gestionado por diversos colonizadores europeos: España, Reino Unido, Países Bajos, Francia, la Orden de Malta y Dinamarca.
En 1754 pasaron a ser una colonia de la corona danesa llamada Jomfruøerne, y durante los siglos XVIII y XIX el cultivo de caña de azúcar por parte de esclavos fue la principal fuente de economía. Finalmente, el 3 de julio de 1848 la esclavitud fue abolida por el gobernador Peter von Scholten.
Durante la Primera Guerra Mundial, Estados Unidos, temiendo que Alemania utilizara las Islas Vírgenes como base naval, presionó a Dinamarca para que le vendiera este territorio. Los daneses aceptaron la oferta y el 17 de enero de 1917 el territorio de las Indias Occidentales Danesas pasó a ser estadounidense por 25 millones de dólares. En 1927 Estados Unidos concedió la ciudadanía a todos los habitantes de las islas.
La vida en torno al agua
La mayor parte de la actividad turística se concentra en tres islas: Santo Tomás, Santa Cruz y San Juan, donde el idioma oficial es el inglés.
A pesar de ser territorio caribeño, en las Islas Vírgenes de Estados Unidos es necesario “cambiar el chip”. Sus habitantes no poseen el carácter extrovertido y cálido propio del Caribe hispano, ya que las sucesivas y eclécticas colonizaciones han borrado cualquier huella de su cultura original.
Pero, aún así, las islas no carecen de encanto, todo lo contrario. El viajero que llegué a este destino descubrirá el lugar perfecto para unas vacaciones dedicadas a los deportes de agua, al submarinismo y al entretenimiento general.
Las aguas de sus playas son extraordinariamente transparentes, sus arenas increíblemente finas y la vegetación realmente exuberante. Cualquiera puede dar comer a las iguanas que intentan reposar en las ramas de los árboles entre la algarabía que montan los numerosos y vistosos loros.
Obligatoria es la visita al Parque Nacional Submarino de Buck Island Reef, en Santa Cruz. Pero también es muy recomendable dar un pausado paseo por la capital, Charlotte Amalie, situada en la isla de Santo Tomás y lugar donde se refugió el pirata Barbanegra. Sus pintorescas callecitas que suben y bajan, llenas de palmeras y de casas y comercios construidos al estilo danés, con tejados rojos, dejan al viajero fascinado.
No apto para cualquier bolsillo
Las Islas Vírgenes de Estados Unidos constituyen un paraíso sólo al alcance de las economías más saneadas. Los hoteles son la mayoría de lujo, alquilar una lancha resulta carísimo y los restaurantes llenarán nuestro estómago pero vaciarán nuestros bolsillos.
Pero la situación económica mundial está facilitando que hoy en día se puedan encontrar algunas ofertas para pasar una temporada en este tradicionalmente caro paraíso. Por ejemplo, la web Hoteles.com ofrece diversos alojamientos en Christiansted (Santa Cruz) desde 160 euros la noche.
La moneda es el dólar estadounidense, y es necesario viajar primero al continente americano (principalmente Puerto Rico), ya que desde España no hay vuelos directos a las islas.
Si la crisis no te ha afectado, y tu VISA te lo permite, las Islas Vírgenes de Estados Unidos son, sin duda, tu destino en el Caribe para este verano.
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