Puente de Triana, en Sevilla. © Wikimedia |
El sur de España es conocido por su buen clima, su cultura castiza y
con antecedentes mozárabes, su gastronomía y, por supuesto, el calor y la simpatía de sus gentes.
Pero, aunque el carácter andaluz se respira en todas sus ciudades y
municipios, cada una tiene su esencia particular. Si lo que buscas es descubrir
al máximo el patrimonio cultural de Andalucía tienes que ir a Sevilla, su
capital. Si lo que te apetece es relajarte y disfrutar de la naturaleza, elige
Punta del Moral, en Huelva, en plena Costa de la Luz.
Con la posibilidad de optar por los alquileres
en Sevilla, puedes conocer a fondo su patrimonio histórico. Pasear por el casco
antiguo más grande de España o caminar por sus calles es toda una experiencia
que te introduce en la antigüedad de la ciudad. Desde yacimientos romanos como
el de la plaza de la Encarnación, que incluye maravillosos mosaicos de esta
época, hasta multitud de edificios que son un fiel reflejo del pasado árabe de
la ciudad. Puedes atravesar el Puente de Triana hasta llegar al Mercado, donde
comprar todo tipo de alimentos frescos, o recorrer la Judería, el antiguo
barrio judío amurallado.
Vista panorámica de Punta del Moral, en Huelva. © Wikimedia |
Si prefieres la opción de buscar entre los apartamentos
en Punta del Moral encontrarás todo lo necesario para disfrutar de sus fantásticas playas y del
sol. Con gran tradición como villa marinera, Punta del Moral cuenta con una
hermosa playa de arena fina y aguas tranquilas, además de poseer un animado
paseo marítimo. Muy cerca se encuentran las marismas del Parque Natural de Isla
Cristina. A su playa podemos llegar caminando por el paseo, que está plagado de
bares y chiringuitos y de algunos parques para el disfrute de los más pequeños.
Por las marismas puedes practicar el senderismo para poder apreciar el paisaje
y la belleza de los entornos naturales de esta zona mientras haces deporte.
Ambos destinos, aunque muy distintos, tienen en común la esencia
andaluza que podrás conocer de la mejor manera: a través del paladar. Platos
como el “pescaito” frito y todo tipo de mariscos son exquisitos en estas localidades,
y una buena forma de probarlos es saliendo a comer o a cenar de tapas, una
costumbre típica de la zona. El tapeo se puede combinar con los buenos vinos de
la zona, cuya tradición y calidad es conocida alrededor del mundo.
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