Casi todos
los pueblos que forman parte de la zona costera de Castellón se encuentran totalmente
urbanizados, pero hay excepciones, como Alcocéber, que es uno de los pocos que
no lo está. Ni tanto, ni tan poco. No abusa de las grandes edificaciones, pero
sí dispone de apartamentos en Alcoceber en primera línea de playa.
En sus diez
kilómetros de costa, cuatro playas son las protagonistas indiscutibles de este
municipio de Castellón: la Romana, la del Moro, la del Cargador y la de
Manyetes, y ninguna de ellas está nunca masificada, además de poseer la Bandera
Azul, el distintivo de calidad que otorga anualmente la Fundación Europea de
Educación Ambiental.
Tanto la Playa
del Moro como la llamada Cala Blanca son dos maravillas calas de formación
rocosa que reciben a numerosos visitantes en verano. Por su parte, la Playa del
Moro posee una gran roca varada frente a ella, y sus impresionantes aguas cristalinas atrapan los cinco sentidos de todo aquel
que la haya pisado. El que la conoce, siempre repite.
En el caso
de Cala Blanca, dispone de 30 metros de playa rodeada de un sugerente paraje
natural. Su acceso no es fácil, y ese es uno de esos encantos, porque cuando llegas
y descubres su fina arena consigues desconectar del mundo y disfrutar sólo de
la naturaleza y del mar. Y lo mejor, ¡hay apartamentos en Alcocéber muy cerquita de estas impresionantes calas!
Otro lugar
de interés en Alcocéber es la Sierra de Irta, un precioso mirador natural sobre
el tradicional paraje mediterráneo. Esta serranía está compuesta de varias calas
y numerosa vegetación, y se localiza entre Peñíscola y Alcocéber. Un buen plan
es recorrerla en bici o con unos patines, y es un destino perfecto para conocerlo
tanto en pareja o en familia.
Y es que en Alcocéber
no hay cabida para el aburrimiento, y de ello da fe su variado calendario de
actividades culturales y festivas. Para empezar bien el año, el día 17 de enero
se celebra la fiesta en honor de Sant Antoni Abat, también conocido como “el del
porquet”. La víspera, los mayorales de Sant Antoni, junto con algunos voluntarios
(cada año de un barrio o calle distintos), organizan una gran hoguera que está rematada
en su cumbre por un muñeco representativo, a la que sigue un suculento almuerzo
para los que lo deseen. También se celebra en esta fecha un concurso de
paellas, y por la noche se preparan unas brasas para todo aquel que quiera
traer su propia carne y prepararla, finalizando con una gran cena popular.
El mes de febrero también
llega cargado de diversión, especialmente por la celebración de los Carnavales.
Durante varios días, tanto grandes como pequeños disfrutan con los desfiles de
disfraces, los bailes nocturnos y con el popular entierro de la sardina.
Alcocéber es, sin
duda, un destino que no te puedes perder. Una vez hayas conocido sus playas y
vivido sus fiestas, ¡seguro que desearás volver!
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