No hay nada más castellano que tener un gran
castillo, y Turégano lo tiene. Esta ilustre localidad se halla a poco más de 30
kilómetros de la ciudad de Segovia, en la Comunidad Autónoma de Castilla y
León. Se accede a ella por la carretera CL-603, y ya desde varios kilómetros
antes de llegar al pueblo se puede ver el castillo, situado en un alto.
Acceso a Turégano, en Segovia. Foto: Belén Valdehita |
Turégano se halla en la denominada Ruta Románica
del río Pirón, que invita a recorrer otros pequeños pueblos de la zona, en los
que abundan las iglesias y ermitas, en un entono natural de gran belleza.
El Castillo de Turégano
Desde cualquier zona del pueblo de Turégano se
divisa su castillo, al que se accede por unas escaleras muy cómodas. En el
trayecto de subida, varios carteles nos cuentan brevemente la historia del
castillo. En el interior de la fortaleza se encuentra la iglesia románica de San
Miguel, cuyo campanario puede verse desde el exterior.
Castillo de Turégano. Foto: Belén Valdehita |
Castillo de Turégano. Foto: Belén Valdehita |
Hoy en día, el castillo de Turégano está abierto al
público de miércoles a domingo. La entrada general cuesta dos euros, hay
descuentos para grupos y los menores entran gratis.
Qué ver en Turégano
Además del castillo, Turégano reserva al visitante
otros muchos encantos. El primero, su Plaza Mayor, que está porticada y todavía
conserva algunas viviendas antiguas. Es la zona más animada del pueblo, donde
se celebran los mercadillos, las ferias, las procesiones y otros actos
importantes de la villa.
Igleia de Santiago. Foto: Belén Valdehita |
A poco pasos de la Plaza Mayor se halla la plaza de
Santiago. Recibe su nombre por la iglesia que hay en el centro, de origen
románico, que está bajo la advocación del Santo Compostelano. Así la demuestra
la hornacina que hay en la fachada principal, sobre la puerta. En el interior
alberga un excelente retablo románico policromado de piedra que data del siglo
XII.
Plaza Mayor de Turégano. Foto: Belén Valdehita |
Otros lugares cuya visita es imprescindible en
Turégano son el Palacio Episcopal, la Casa Palacio de Miñano, la ermita de
Nuestra Señora de los Remedios y el Museo Forestal, ubicado en mitad del campo.
Comer y dormir en Turégano
Estamos en Castilla y León, y eso se nota en la
gastronomía de Turégano. Pura gastronomía castellana en forma de asados de
cordero y cochinillo, preparados en horno de leña. Pero el pueblo también
cuenta con platos propios, como el bacalao al ajo arriero. Los más golosos se
relamerán con los bollos de manteca, los periquillos, las tortas de
chicharrones o las rosquillas fritas.
Posada La Casa Vieja. Foto: Belén Valdehita |
En los soportales porticados de la Plaza Mayor de
Turégano hay una gran variedad de restaurantes y bares. Personalmente, en
“Viajes para toda una vida” preferimos la oferta de la plaza de Santiago. Allí,
a cada lado de la iglesia, hay dos buenas propuestas gastronómicas. A la
derecha del templo se encuentra el Bar Tejedor, donde sin duda dan las mejores
tapas de Turégano. Es perfecto para la hora del aperitivo y para comer de
raciones. Al otro lado se encuentra la Posada La Casa Vieja. Decorada con un
agradable estilo rústico, es un buen lugar para tapear, pero también para
comer, e incluso para alojarse.
Vista de Turégano desde el castillo. Foto: Belén Valdehita |
Otros lugares para dormir en Turégano son la Posada
El Zaguán, en el mismo pueblo, o el Hotel Rural La Abubilla, en la cercana
población de Carrascal de la Cuesta.
Alrededores de Turégano
Tras nuestra visita a Turégano, merece la pena
realizar un recorrido por sus pedanías y localidades más cercanas. Entre ellas
se encuentran Caballar y La Cuesta, con dos magníficas iglesias para visitar y
ambas rodeadas por bellos parajes naturales.
Iglesia de Carrascal de la Cuesta. Foto: Mario Chuliá |
A algo menos de media hora se halla Carrascal de la
Cuesta. Su bonito entorno natural es un auténtico remanso de paz, y muy cerca
se encuentran la localidad de Pedraza y las impresionantes Hoces del Río
Duratón, cuya visita es altamente recomendable.
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